Málaga, 1936. Cada mañana, tras los fusilamientos de la noche, subía por el camino nuevo una romería de tiorras hasta donde yacían los fusilados para reírse de sus caras, de sus rictus y vejarlos. Mi padre fue testigo con 10 años. Hoy al cruzarme esa jauría, me he acordado. https://t.co/7p3TUQe1bJ
— Ipe Utrera-Molina (@ipeutrera) February 8, 2020
from Twitter https://twitter.com/jorgesanjuanm
February 09, 2020 at 10:59PM
via IFTTT
No hay comentarios:
Publicar un comentario