Hace muchos años me enamoré locamente de una mujer, nunca la he conocido personalmente, y eso que he amado a muchas, quizás incluso más guapas, pero nunca me he enamorado tanto como de ésta, cuyo nombre es Maribel.
Yo bebía los vientos por ella, en aquel tiempo hubiera hecho
cualquier locura con tal de tenerla a mi lado, de hecho, hice algunas, de las
que obviamente prefiero no hablar, y hoy me doy cuenta de las tonterías que se
hace por amor.
A día de hoy ya estoy “curado” de amores, lo cual no quiere
decir que la haya dejado de querer, ni mucho menos.
Estos días he conocido una noticia de ella, con un amor que se le fue, se pelearon y él se fue de su vida; pues bien, he sabido por ciertos medios que ella ha adoptado identidades falsas por internet con tal de saber de su vida, como yo también lo hice con ella (aunque no de esta manera).
Me ha entristecido
mucho verla rebajarse de esa manera, como yo lo hice, pero al mismo tiempo me
he alegrado porque así sufrirá en sus propias carnes lo que a mí me pasó con
ella.
Yo no quiero que sufra, de hecho espero que todo se arregle,
porque sé que está sufriendo muchísimo, pero mucho, mucho, aunque ella no lo
diga ni lo demuestre en público.
A veces la vida es un boomerang, que nos devuelve el mal que
hemos hecho a los demás…