Páginas

domingo, 4 de septiembre de 2016

¿CUÁNTO CUESTA UNA SONRISA?

Bueno, pues hoy me he ido a donar sangre y no es que me haya ocurrido nada aunque la aguja es muy grande, yo no le temo a las agujas de ningún modo, lo que ha ocurrido es que había una mujer de mediana edad justo  donde yo iba a donar sangre, en una camilla, nos miramos los dos, le dediqué una pequeña sonrisa, pero la verdad ella reaccionó... bueno, mejor dicho no reaccionó de ninguna manera: se quedó tan ancha como si no hubiera visto nada o como si hubiera visto un fantasma y como la gente no cree en los fantasmas, pues se quedó como si no hubiera pasado nada. 

Aquí en Cataluña las mujeres son así muy serias y desconfiadas todo lo contrario que en Andalucía donde por regla MUY general todas son alegres y te sonríen; aquí siempre  parecen momias, bueno, ¡creo que una momia ríe más que una mujer que viva aquí en Cataluña! 

Siempre he echado de menos una mujer simpática, de hecho conozco solo a tres: una se llama Mari Carmen, que es una compañera del trabajo, otra Rosi, de una ferretería y otra Sandra, de una panadería, estas tres mujeres siempre me sonríen y se puede hablar con ellas de cualquier cosa y se animan a hablar mucho.

Vamos a ver que yo no pido tanto, no pido que cuando salude a una mujer por la calle me abrace loca y me bese, sólo una pequeña sonrisa pido, si no es mucho pedir... pero me parece que las sonrisas de hoy cuestan muy caras...